En la edición digital del Diario Sport de hoy podemos leer una noticia entrañable sobre la keniata Vivian Cheruiyot, su vida cotidiana y personal más allá de su incuestionable calidad como atleta de talla mundial. Llama la atención cómo argumenta el amor por su país y su entorno más inmediato. "Sí, soy sacrificada. Y sé sufrir. Quizá mi energía resida en la tierra. En esta misma tierra”. Una tierra castigada por el clima y maltratada por las injusticias sociales y las consecuencias del colonialismo. Una tierra que configura su identidad más profunda y actúa como elemento motivador para sus logros deportivos y el progreso de su país (sobre todo de las mujeres).
Vivian vive en Kenia con su marido y no ha pensado ni por un segundo en marcharse cuando (seguramente) podría hacerlo dada su privilegiada posición como atleta de élite. Es una enseñanza para estos tiempos difíciles.
AQUÍ DEJAMOS UNA BREVE MUESTRA DE SU GRANDEZA Y BUEN HACER EN LA PISTA GANANDO LA FINAL LOS 5000 METROS EN EL ÚLTIMO MUNDIAL DE DAEGU NADA MENOS QUE A MESERET DEFAR
No hay comentarios:
Publicar un comentario